Los arenosos territorios situados entre los ríos Itata y Laja, que hoy pertenecen a la comuna de Cabrero, constituyeron un gran desafío para emprendedores y colonizadores, hombres y mujeres con espíritu visionario, cuyas esforzadas familias y cientos de trabajadores, lograron transformar profundamente aquel antiguo paisaje, convirtiéndolo en tierras promisorias, económicamente muy productivas y que, en las últimas décadas, ha sido nuevamente modificado con las enormes plantaciones forestales.
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